El pasado miércoles, la estrella de reality show, Kim Kardashian, acudió a una reunión en la Casablanca para hablar sobre la reforma carcelaria con el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
Con un traje negro y tacones de aguja amarillos, la socialité ingresó a la casa presidencial donde, al principio se decía, se iba a reunir con Jared Kushner, asesor presidencial. Sin embargo, la reunión terminó con una fotografía con el Jefe de Estado, Trump, en la sala oval.
¿La razón de su visita? La esposa de Kanye West, quien ha demostrado públicamente su apoyo al mandatario nacional, pidió que liberaran a Alice Marie Johnson, una mujer que ha estado mas de veinte años en la cárcel por un delito no violento relacionado con drogas que, según Kardashian West, es inocente.
Pero el gobierno de Trump ha estado poniendo mano dura con respecto a las leyes carcelarias. Al contrario de la gestión de Obama, quien abogaba por la liberación de esas sanciones, aunque el Congreso no estaba de acuerdo.